Centenares y Canalejas, por el Aguamulas

Sierra de Segura, Andalucía
4 de abril de 2010

Posiblemente esta ruta es la que más me ha hecho pensar y la que más me ha enseñado a ver estas sierras de otra forma. Descubrir como una aldea entera sigue en pie pero huérfana de sus gentes, abandonada simplemente por el hecho de que sus habitantes molestaban a una administración que creó un Coto Nacional de Caza para disfrute de unos pocos. Observar como otras aldeas y cortijadas fueron dinamitadas indultando sólo la iglesia o la casa del cura. Ver como debió ser de dura la vida en estos rincones de la Sierra profunda. Vislumbrar rincones impresionantes como el «Recó del Aguamlas» y la «Hoya de la Albardía», o la silueta constante y vigilante de las Banderillas. Imaginar como sería para esas gentes aquel día en el que cargaron las bestias con los enseres de sus hogares y, en el mejor de los casos, bajaron hasta el Valle para ir a parar a una fría, triste e impuesta casa en Coto Ríos o en el Vadillo. Imaginar al Tío Alejo, el de la Fresnedilla, sentado en la puerta del cortijo escuchando el rumor de las aguas del Aguamulas.

Primeros rayos de sol en el carril del Aguamulas.

Esta noche ha llovido y estamos un poco a la expectativa de que escampen definitivamente las nubes. Tenemos claro que vamos a llegar hasta el Cortijo de la Fresnedilla bordeando el Aguamulas, pero una vez allí no sabemos muy bien si seguir o no. Según vamos ascendiendo por la pista le voy explicando a Carles todo lo que nos podemos encontrar por las alturas y no tardo mucho en convencerlo para hacer una gran ruta circular.

Las Banderillas asoman entre la niebla.

El río baja caudaloso. Pronto adivinamos el telón de fondo de las Banderillas, que amanece con una fina capa de nieve recién caída. Dejamos atrás el cortijo y la Piedra del Mulón y ganamos altura con las revueltas del carril. Hemos subido a un ritmo muy alto y enseguida estamos en la Fresnedilla. Sobrecoge este rincón de la Sierra. El Aguamulas nace aquí mismo, se le ve surgir de la roca y precipitarse al fondo del barranco.

En el «Recó de Aguamulas»

Contemplamos la cortijada con las distintas construcciones diseminadas y los abancalamientos donde estarían las huertas de subsistencia. Dejamos el carril que nos ha traído hasta aquí y alegres enfilamos nuestro caminar por senda. Cruzamos arroyos y nos enfrentamos a las empinadas rampas de las faldas del Castellón de los Toros. La subida se hace muy dura, pero la ilusión de llegar hasta los Centenares nos da fuerzas para enfrentarnos a ellas.

Cortijo de la Fresnedilla.

Llegamos hasta la Tiná de las Hoyas. Junto a un poste de señalización del GR-7 dejamos las mochilas y descansamos. Divisamos la grandeza del paraje que vamos a cruzar. Nos asomamos al barranco que forma el Arroyo del Hombre. Casi de un trago nos bebemos medio litro de la botella de Aquarius.

Enseguida nos ponemos de nuevo en marcha. Caminamos por la Hoya de la Albardía. Ponemos a prueba el goretex de las botas pisando un suelo completamente encharcado. Llegamos al cortijo de la Hoya de la Albardía, un sitio idílico. Seguramente, si tuviera que escoger en esta sierra un cortijo en el que quedarme y hacer vida de ermitaño, elegiría este.

Álamos en la Hoya de la Albardía.

Remontamos hasta el collado de los Frailes. Disfrutamos de las extrañas formaciones rocosas que encontramos. La senda hace una leve bajada entre barrancos para adentrarse de nuevo en un tremendo pinar. Llegamos a un carril que nos acerca definitivamente hasta la aldea de Los Centenares. Por fin la estoy viendo, hacía años que tenía este lugar metido en la cabeza y por fin llego hasta aquí.

Caminando frente a la historia.

Descendemos hasta la aldea y damos un paseo por sus calles desiertas. Veo como una de las casas está vallada y cuidada para ser habitada esporádicamente. Imaginamos esas calles llenas de gallinas y ganado, a unos niños jugando en la era… los olores. Cogemos prestadas las sillas de un viejo amigo y nos sentamos debajo de un almendro para comer. Comentamos lo especial de este lugar y nos preguntamos cuántas historias y conversaciones se habrán dado lugar justo aquí, donde estamos sentados, bajo este mismo almendro.

Puerta hacia la ruina.

Reflexionamos sobre lo que hubiera sido de este lugar en el caso de que no se hubiera expulsado a sus habitantes. Seguro que no sería el lugar tranquilo que es ahora y que se podría llegar por pista pavimentada con cualquier turismo. Tal vez esto sería una aldea con alojamientos rurales a los que vendrían grupos de jóvenes a emborracharse y de paso ver alguna ardilla.

Aquella expulsión será cuestionable, pero lo que es indiscutible es que gracias a eso aquí se paró el tiempo y este entorno se mantiene casi intacto después de tantos años.

La despedida.

Seguimos nuestro periplo por la Sierra profunda. No tardamos en encontrar una nueva sorpresa en nuestro camino: El Cementerio de la aldea de las Canalejas. Comprobamos con estupor como uno de los muros del cementario está caído y que todo tipo de bichos pueden campar a sus anchas sobre los enterramientos.

Un poco más abajo descubrimos el viejo lavadero rebosando agua. Lo siguiente son ruinas y más ruinas de unas casas que tuvieron peor fortuna que las de los Centenares. Aquí la dinamita dio buena cuenta de todas las construcciones excepto de dos: La Iglesia y la casa del cura.

Iglesia de las Canalejas.

Las cuestas y los kilómetros castigan con fuerza nuestras piernas. Llegamos hasta Majal Alto donde disfrutamos de unas magníficas vistas del valle del Guadalquivir y de buena parte de Sierra. Vemos junto a nuestro carril indicios de trabajos forestales recientes que nos alejan de un plumazo del romanticismo de la sierra profunda.

Impresionantes vistas desde Majal Alto.

Por la pista de Mirabueno descendemos vertiginosamente hasta las inmediaciones del Tranco, donde habíamos dejado el coche. Con casi 32 kilómetros de recorrido, ha sido una caminata tan larga como enriquecedora. Personalmente creo haber hecho uno de mis mejores paseos por el sur de la península. Esta, ha sido sin duda la gran ruta de las sensaciones por la Sierra de Segura.

Embalse del Tranco.
Vista aérea de la ruta
Perfil de la ruta.

fotos

12 comentarios

  1. 13 mayo, 2010
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    Hace días que leí el post, cuando pusiste el enlace en facebook. Me traen tantos recuerdos y es tan especial este lugar para mi… que me resulta muy dificil comentar, sobre todo porque ya lo has desccrito magistralmente. Recuerdo cuando tu antiguo blog se componía casi exclusivamente de fotos, con ellas también hablabas y lo sigues haciendo.

    Saludos, y besos a la familia

  2. 15 mayo, 2010
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    Jordi estoy contigo, esta zona sería la que elegiría si pudiera para vivir, la primera vez que llegué bajo el Banderillas lo tuve claro.
    Como se que en vida, esto no podrá ser, he pedido a mi familia, que mis cenizas sean esparcidas por estos lugares, tal vez no tenga sentido pero mi alma así me lo pide compartir la eternidad con este lugar y con quien lo ame tanto como yo.
    Un abrazo

  3. 18 mayo, 2010
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    Me alegra que esta entrada te haya despertado buenos y viejos recuerdos. No hay duda de que esta zona es parte de la Sierra profunda y que aquí el tiempo discurre de otra manera… es lo que he tratado de transmitir con mis fotos.

  4. 18 mayo, 2010
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    Por le contrario yo le he pedido a los míos que esparzan mis cenizas en mi tierra… también en la montaña, como no!!, No veo mejor sitio para mis cenizas que el lugar que me hace feliz.

    saludos!!

  5. 19 mayo, 2010
    Responder

    Soberbia ruta Jordi, por el esfuerzo, los kilómetros y la fuerte carga emocional de los lugares que has pateado.

    Me han encantado las fotos, los colores que has sacado… esos días fueron de buena luz, y tú que sabes pillarla 🙂

    No descartes que te pida alguna en alta 😀

    Un abrazo campeón.

  6. 19 mayo, 2010
    Responder

    Gracias Luiso!!

    Una ruta disfrutada como pocas… un mes después todavía la estoy saboreando. 🙂

    Ni que decir tiene que me pidas sin problemas cualquier foto que te interese tener con más resolución. Ya sabes, las pongo en tan baja resolución para que no se aprovechen los buitres.

    saludos!

  7. Nely
    12 septiembre, 2010
    Responder

    Hola a todos! Acabo de conocer este blog y aún estoy descubriéndolo, pero me ha dejado boquiabierta desde que he empezado a leer. Este verano, mi novio y yo hicimos la misma ruta, pero en sentido contrario y variando algún tramo, ya os contaremos. Mi abuelo se crió en la Hoya de Albardía y queríamos conocer esas tierras. Espero seguir compartiendo más experiencias de la Sierra con todos vosotros. Un saludo!

    • 14 septiembre, 2010
      Responder

      Pues seguro que tu abuelo te contó mil batallas apasionantes de su vida en ese cortijo. Sin duda vivió en uno de los rincones más espectaculares de la Sierra.
      Cuando quieras, puedes compartir todas estas historias y experiencias aquí o en el foro, seguro que nos interesan a todos.

      un saludo!

  8. Punzano
    27 noviembre, 2010
    Responder

    Soy un descendiente de los Punzano de los Centenares que fueron expropiados y marcharon a Barcelona en busca de nueva vida. Expulsados de su tierra por el Estado. Aún recuerdo al tio Eleuterio que con más de 90 años y habiendo vivido siempre en los Centenares se lo llevaron a Prat de Llobregat. Falleció al poco de llegar. De tristeza. Y al tio Eugenio.
    Pasé algun verano con ellos en los Centenares en mi infancia y me ha traido muy buenos recuerdos, junto con la rabia que da pensar en aquella pobre gente expulsada de sus haciendas para que un dictador pudiese cazar a sus anchas.
    Volveré a hacer esa ruta.
    Pedro

  9. Ricardo
    3 octubre, 2013
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    Hola me llamo Ricardo,de pequeñito visité los Centenares y hace muchísimo tiempo que quiero volver. Mis abuelos Ricardo y Juliana eran de allí y mi madre marchó con tan solo 14 años, cuando los echaron.
    No se si sus vidas han sido mejores o peores fuera de esta aldea, pero por lo que recuerda mi madre alli eran muy felices, mi abuelo era pastor, tenían de todo lo necesario, y despues de las expropiaciones fueron años duros.
    Creo que antes de que llegue el invierno subiré, gracias por la sensibilidad con la que relatas, un saludo

  10. Juan Diego Fernández
    17 marzo, 2015
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    Hola ! Vamos a pasar tres días en Segura de la Sierra en Semana Santa, y nuestra intención es hacer rutas a pie y si hay alguna recomendada en bici también. Se que solo son tres noches ( aprovechando el tiempo sacamos casi cuatro días para hacér cosillas …) , pero queremos aprovechar al máximo y me gustaría que nos recomendaras que hacer, estoy viendo que eres un gran conocedor de la zona y nosotros no hemos ido nunca. Estan bien señalizadas? Hay que desplazarse en coche hasta empezar las rutas? Mil gracias por adelantado y enhorabuena por este pedazo de blog, narras de maravilla y te sumerges de lleno en los paisajes.

    Gracias y enhorabuena.

  11. Maria Escobar fuentes
    27 diciembre, 2015
    Responder

    K bonitas fotos e podido revivir a través de ellas tantos recuerdos de donde viví hasta los 11 años.mi familia fue de las ultimas en salir de allí..aunque kedo nuestro primo Gonzalo k se resistió a salir y vivió varios años, con la sola compañía de los k pasaran haciendo alguna ruta y en verano con la visita de la única familia k no quiso dejar su casa.(viven en valencia) ojalá y todos hubiéramos hecho igual.es una pena ver como las casas se han ido cayendo y ver como todo eso desaparecerá un día. Nuestro corral k esta justo a la entrada de la aldea veo en las fotos k resiste..fue lo ultimo k se construyó. Pronto iré x allí. aunque nada k ver a cuando vivíamos allí. era un lugar lleno de vida.ahora solo recuerdos.

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