Sierra de Cazorla, Andalucía, Spain
Ruta realizada el 24 de noviembre de 2008
Este pasado domingo me propuse subir al Gilillo. La primera vez que fui a Cazorla, hace unos 7 años, el guía que nos enseñó el castillo nos habló de ese cumbre mítica para los cazorleños. A partir de ese día me rondaba por la cabeza hacerle una visita a ese pico y por fin así ha sido.
De buena mañana salgo de Linares en dirección a Cazorla. En una hora aproximadamente, atravieso el mar de olivos que separa las dos poblaciones y dejo el coche bien aparcado en una calle del pueblo. A partir de aquí todo «a pata», ¡como debe ser!.
En un principio la idea era subir por la ermita de San Miguel, pero todavía dentro de Cazorla veo unas indicaciones de otra subida por una zona de antiguos molinos que decido explorar. El camino cruza el río en un pequeño puente y sube por una senda llena de hojas caídas. Se nota que estamos en otoño. Tras atravesar una zona de casas de campo llego a la ermita de San Sebastián. Un poco más arriba empalmo con la pista de «El Chorro» y cruzo el control de Riogazas. Enseguida empieza una senda, (antiguo camino carretero que iba a Tíscar) en un estado de conservación bastante aceptable. Tras varias revueltas alcanzo una fuente con un generoso abrevadero para el ganado, donde me decido a desayunar un poco de fruta.
Sigo mi ascensión. Bordeo el cerro de Cagahierro por su parte de umbría. La senda por aquí ya está mucho menos transitada, pero es muy bonita. El otoño por esta senda ya ha hecho casi todo su trabajo y ya quedan pocas hojas en los árboles de hoja caduca. Al poco tiempo enlazo con la senda que subía por la parte de solana y sigo ascendiendo por un camino que pronto al ganar altura pierde vegetación. La senda es de las que me gustan. Clara, con bonitas vistas y con un ascenso suave pero constante. Por primera vez veo mi meta, el Gilillo.
La senda va ascendiendo por las faldas de «los Castellones», esta cumbre es justo la que impide que se vea el Gilillo desde Cazorla. La senda hace algunas curvas de herradura que me ayudan a salvar el desnivel. Aparecen las primeras cabras montesas muy cerca de mi, pero al mínimo ruido que hago me oyen y se alejan con una facilidad pasmosa.
Por fin llego a Puerto Gilillo. Desde allí disfruto del cambio de paisaje que me encuentro a la otra parte de la montaña. El valle del Guadalquivir en su primer discurrir. Desde Puerto Gilillo la cumbre queda a tiro de piedra. Los últimos metros son algo «complicados», se asciende como se puede entre las rocas. Es algo peligroso, pues asciendo por la cara norte por la que y hay nieve helada formando hielo que hace que sea fácil resbalar.
Llego al vértice geodésico y me hago la foto de rigor. Maravillosas vistas… Sierra Nevada, Sierra Mágina, los olivares de La Loma, el Banderillas, los Poyos de la Mesa, el Cabañas, al fondo el Yelmo e incluso se distingue el castillo de Segura de la Sierra. Arriba hace un viento muy frío, por lo que decido comer en Puerto Gilillo un buen bocadillo de queso.
Tras la comida, deshago camino por el mismo sitio que había ascendido, pero esta vez bordeo el cerro de Cagaelhierro por su parte de solana. Finalmente vuelvo a llegar a la pista de «el Chorro» y empiezo a descender. Como esa pista no me gusta, bajo hasta otra mas estrecha que me llevará hasta lo que pondrá la «guinda» al paseo de hoy: el Monasterio del Montesión y el castillo de Salvatierra. Finalmente el carril me lleva hasta mi punto de inicio: el pueblo de Cazorla.
Gracias Jordi, ha sido emocionante leerte, es una manera de trasladarnos allí.
Besos
muchas gracias a ti marisa por tu seguimiento y comentarios y por tu interesantísimo blog
estuve em Cazorla en 2012, A mi me gustou mucho todo lo que vi. Soy Brasileño e voy volver en el proximo año (2014) iré hazer este camiño.