Sierra de Segura, Andalucía, Spain
Ruta realizada el 5 de abril de 2007
En este año, la semana de pasión ha caído a principios del mes de abril. Mientras algunos siguen procesiones por las calles de los distintos pueblos de la Sierra, yo decido hacer mi particular Via Crucis ascendiendo al gigante dormido de la Sierra de Segura: El Yelmo. Dice un refrán en la Sierra que «Cuando el Yelmo lleva montera, llueve aunque Dios no quiera», aunque realmente hoy, sobre el Yelmo, más que llover lo que ha hecho es nevar. Puesto que el día no está cerrado del todo me propongo subir hasta esas antenas para comprobar cuan blanca es la nieve a 1800 msnm.
Parto desde una Segura de la Sierra cubierta por una fina capa de nieve y me dirijo hasta la aldea de El Robledo. Voy a subir por esta vertiente puesto que llegar por carretera hasta la C.F. de El Campillo se me antoja complicado. Aparco cuando la nieve se pone peligrosa y empiezo a caminar.
Enseguida encuentro las primeras huellas de animales y observo, a medida que gano altura, las nubes bajas frente a las Cumbres de Beas. Por arriba veo que el Yelmo tiene su sombrero puesto, ya veremos en qué condiciones me recibe. Tras un buen alpargatazo acabo llegando al cruce con la pista que viene desde el Campillo.
Lógicamente según gano altura va aumentando el espesor de la nieve caída. Como siempre, disfruto abriendo huella. La pista gira para dirigirse hacia el norte. De repente miro, y compruebo que el gigante se quita el sombrero a modo de saludo y me muestra sus cornamentas convertidas en antenas. Quizá tenga suerte y pueda disfrutar de las vistas desde allí arriba.
Sigo la interminable recta que me acerca al pico. La pista llega a la cuerda de la montaña y me asomo a la vertiente Este, ¡que hermosa se ve la Sierra profunda completamente cubierta de blanco!. Finalmente acabo llegando a los pies de las antenas. Vuelven a entrar nubes y todo se cubre. Me dirijo al refugio para ver si está abierto por lo que pueda pasar.
La ventisca aquí arriba debe de haber sido brutal, sobre la cubierta de la caseta encuentro una maraña de cables y antenas tumbadas por el viento.
Rápidamente se abre de nuevo el cielo y puedo ver las vistas sobre el Tranco y Hornos. Al instante el cielo se vuelve a cubrir y la niebla invade la cumbre. Comienza a nevar. Aquí arriba ya poco voy a ver y la cosa se está poniendo fea. Decido que, aunque aparentemente no hay pérdida, lo más prudente es bajar cuanto antes.
En cuanto desciendo 200 metros de desnivel salgo de la niebla y deja de nevar, al rato incluso luce tímidamente el sol. Hoy me llevo en el cuerpo muchos contrastes y sobretodo el regalo de las vistas de esos paisajes con las nubes bajas, con el manto de nieve cubriendo los pinares, con el vuelo de los buitres, con el ruido del viento en la cumbre. Me voy con la satisfacción de haber estado sobre la cabeza de ese gigante dormido y haber descendido de ella sin interrumpir sus sueños.
fotos
Un día súper fotogénico, tranquilo y con toda la Sierra para ti… enhorabuena Jordi por la salida, las fotos y lo que se vive cuando se oye la nieve aplastarse bajo la bota mientras se respira afanosamente.
Esa subida la tengo apuntada tiempo ha, aunque en lugar de hacer todo el alpargatazo, quizás sea factible hacer todo el espinazo del Yelmo, más o menos desde donde tú pones el «cruce del Campillo».
Abrazotes 🙂
Ya te ha contestado Saqura desde el Foro, hay una subida más lógica desde la C.F. del Campillo. Lo que pasa es que por la nieve yo no podía llegar con el coche hasta ese lugar. Hay otra subida que debe de ser la bomba y que quiero hacer en breve que es subir desde la aldea de el Batán.