Guijarrón, desde el Tranco.

Sierra de Segura, Andalucía, Spain
1 de abril de 2010

Una de las consecuencias de un año tan extraordinario de lluvias, es que los embalses se encuentran a reventar de agua. Por eso es el momento de buscar miradores privilegiados que nos muestren la belleza de estos pequeños mares de interior. Si hay un embalse rey en el Parque Natural de las Sierras de Cazorla Segura y las Villas, ese es sin duda el del Tranco.  En mi eterna e infinita lista de «rutas pendientes» tenía apuntada desde hacía tiempo la subida al Guijarrón, un exquisito balcón al embalse del Tranco de Beas.

Pintando las primeras luces del día.

Me levanto y todavía no ha amanecido. En tres cuartos de hora me planto en el inicio de la pista que sube hasta la caseta de fogoneros del Guijarrón. Comienzan a pintar las primeras luces del día y un tímido sol asoma  entre las nubes que cubren el Yelmo. Compruebo como el Banderillas conserva algo de nieve y me acuerdo de Jose Antonio, Lourdes y Moss, que según sus planes deberían de estar en esa cumbre en su largo caminar hacia Pozo Alcón.

Abrevadero.

El ascenso por pista se hace monótono. Tan sólo las vistas que van mejorando según gano altura y el «premio» de la panorámica del embalse lleno,  me dan aliciente para no darme la vuelta. Encuentro un abrevadero cerca de la Majá Rufo. Aquí hago una pequeña parada para disfrutar de las vistas y por desgracia para hacer algunas fotos de desperdicios abandonados en pleno monte. Siempre la misma historia… gente que viene a la Sierra a trabajar  y que no muestra ningún respeto por el lugar en el que está ejerciendo su labor. Según caen los desperdicios al suelo ahí se quedan, ya sean latas de cerveza, botellas, prendas de vestir, trozos de tubería, sacos… ¡lamentable!

La Primavera.

Por su parte la naturaleza parece querer enmudecer a la estupidez humana mostrando su cara más bella: La cara de la Primavera. Encuentro numerosas herbáceas y  arbustos en flor que dan colorido a mi caminar hacia el  puntal del Guijarrón.  De reojo localizo lo que parece ser una vieja senda serrana y me propongo bajar por ella cuando vuelva, para investigar hacia donde me lleva. Todo sea por no volver a bajar de nuevo por esta áspera pista.

Por fin llego al último tramo de subida. Sin duda es el más hermoso. Veo a lo lejos la caseta de fogoneros del Peguera e inconscientemente la apunto a la lista de rutas pendientes. Rodeo el Cerro del Entredicho y tras una leve bajada enfilo las últimas rampas. Una pequeña ardilla me alegra la vista y el espíritu en  esos últimos metros de esfuerzo.

Ardilla Roja (Sciurus vulgaris)

Llego a la caseta. Me asomo al balcón de la Risca del Gihijarrón. La vista no me defrauda en absoluto. El Tranco se muestra impresionante ante mi. Es la vez que más lleno de agua lo he visto. Levanto la mirada y veo la Sierra de las Lagunillas arrasada por el incendio de 2005. Veo las heridas abiertas en esa sierra en forma de pistas para la saca de la madera… tremendo botín con el que alguien se está enriqueciendo gracias a ese desgraciado incendio. Mientras alguien saque partido, estos desastres se seguirán repitiendo… tiempo al tiempo.

Me siento tranquilamente y desayuno. Llamo por teléfono a Elena para preguntar por Luna que anda pachucha estos días. Afortunadamente todo bien.

Detalle de la Presa.

Llegó la hora de bajar. No me lo pienso dos veces y me lanzo a investigar esa vieja senda que parece medio perdida, tanto que en un momento dado acaba desapericendo, pero por poco tiempo. Acabo llegando a un abrevadero junto al cual se yergue un enebro. Un poco más abajo encuentro una «tiná» para ganado. En poco tiempo estoy de nuevo en la pista principal.  Me cruzo con un apicultor que viene de mimar a sus abejas. Disfruto de las vistas del encantador pueblo de Hornos. Camino un poco más y acabo llegando de nuevo al coche.

Hornos con sus Yelmos.
Perfil de la ruta.
Vista aérea de la ruta.

fotos

4 comentarios

  1. Le has sacado partido a las nubes de ese día… sí señor 🙂 Y lo que parecía una ruta tranquila te ha cundido porque salen muchos kilómetros… y encima con el placer añadido de descubrir senderos perdidos… muy bien Jordi…

    Gracias por acordarte de nosotros… ese día estábamos llegando a Pontones… luego despejó… cosas de la meteo.

    Un abrazo.

  2. 14 abril, 2010
    Responder

    Una ruta preciosa Jordi, esas son las que me gustan a mí. De las fotos no comento, hablan por sí solas, son magnificas.
    ¿Donde empezaste la ruta?, por las fotos, me hago una idea, pero no tengo aquí los mapas para localizarlo. La pondré en mi lista de pendientes.

    Un saludo.

  3. 14 abril, 2010
    Responder

    hola fiera!!
    la verdad es que si que miré el Banderillas y dije… por ahí deben de andar estos pasando frío… jejejje

    Las nubes me imposibilitaron sacar el detalle el color del Tranco bajo el sol, pero en contrapartida se mostraron muy fotogénicas.

    No hay mal que por bien no venga.

  4. 14 abril, 2010
    Responder

    Hola Paco, siempre un placer verte por aquí.
    La ruta empieza en la carretera, en una pista que sale cerca del Albergue de los Parrales. Cuando mires los mapas verás que no tiene pérdida.

    saludos!!!

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